30 septiembre 2013

Tú matas, ellos ganan

¿Sentimos o solo creemos que sentimos?
Como decía el escéptico Pepe Carvalho en Los mares del Sur:
¿Cómo amaríamos si no hubiéramos aprendido en los libros como se ama? 
¿Cómo sufriríamos?
Y luego terminaba:  Sin duda, sufriríamos menos.” 
¿Por qué sufriríamos menos?
¿Acaso por qué el dolor puro, nacido de nuestra propia esencia, al hacernos más vulnerables también nos da mayor capacidad de redención?
¿Cómo nos va a redimir algo que no es nuestro? 
¿Cómo lo va  a hacer cuando nuestras sensaciones están mediatizadas por lo que hemos visto, leído o admirado en otra parte? 
Al sufrimiento añadimos culpabilidad e inocencia. Culpabilidad por la no saber distinguir lo verdadero de lo impostado e inocencia por desconocer lo que realmente ocurre en nuestro interior.
¿Sentimos realmente la muerte de Asunta, esa pobre niña supuestamente asesinada por sus padres o solamente lo hacemos porque nos toca sentirlo? 
Apoyamos a la víctima, sí. Rechazamos a los posibles verdugos, claro ¿Cómo no lo íbamos hacer cuando nos toca ser buenos?   
Es cierto, nos toca ser buenos aunque luego nos hagamos la  pregunta que se hacía Vila-Matas en un estupendo artículo de El País el otro día: 
¿Somos buenos porque realmente lo somos o porque queremos que los demás nos aprueben?
Da igual, nos hemos alineado con el bien y nos sentimos a salvo. Eso es lo que importa al final.

En cambio no importa que alguien mate y otros ganen.
No importa la sonrisa bobalicona de la locutora del telediario mientras anuncia, a bombo y platillo, que la Televisión de Galicia ha obtenido record de audiencia. Como si se tratase de un derby futbolístico en la cumbre.
No importa que el diario de mayor tirada cambie los titulares cada dos horas para luego  desmintirlos o modificarlos en las siguientes ediciones digitales:
El asesinato de la niña de Santiago pudo ser planificado hace meses por la herencia. 
Investigan si la niña fue asesinada por ser la heredera universal de la fortuna de sus abuelos maternos.
Asunta no aparece en el testamento de sus abuelos pero recibió bienes en vida.
El juzgado no investiga «en estos momentos» la muerte de los abuelos.  
Asunta pudo ser drogada el día de su muerte en una comida con sus padres. 
Asunta fue sedada con el mismo medicamento que tomaba su madre.
Asunta estuvo medicada por alergia y nunca dijo a sus profesoras que su madre quisiera matarla.
La investigación trata de leer entre líneas el blog de la pequeña Asunta..  
Los indicios descartan la participación de una tercera persona en el crimen.
Los investigadores creen que el padre y la madre idearon juntos el plan para asesinar a Asunta.
Asunta habría cumplido hoy 13 años.  
Ésto último es verdad, hoy cumpliría 13 años, las otras no lo sé. Habrá que esperar a las siguientes ediciones. 
Lo importante es tener a la gente en vilo, ponerse a la vanguardia de la información para que los demás medios te tomen como referencia, conseguir más publicidad, vender más periódicos y darle a la gente un hueso para que siga disfrutando.
Por qué la gente disfruta  de todo ésto ¿o no es así?
Disfruta y gana. 
Para algunos es excitante tener una intrigante novela policíaca con situaciones confusas e implicados poco habituales, "gente de sociedad", tan cerca de casa. 
Puede que haya gente con más escrúpulos, pero al menos es un consuelo saber que hay seres mucho más siniestros que nosotros mismos aunque sean más ricos. Eso también es una  ganancia, al meno sobre los acusados.
Disfruta y gana el imbécil que grababa con móvil la entrada del matrimonio en la casa para el registro policial y cuando vio a la cámara filmándole se puso a gritar como un descosido llamándoles asesinos.
Dicen que lo de los insultos puede ser un táctica de la propia Guardia Civil para desestabilizar a los sospechosos. Para eso cuentan con un "experimentado y brillante" gabinete psicológico. Al parecer, también la Benemerita tiene mucho que ganar y disfrutar en e este asunto.
Y no digamos los psicólogos de guardia en las diferentes televisiones. Ese que lleva décadas dando la vara en su condición de psicoforense y otros portentos que son capaces de descifrar la personalidad de unos supuestos asesinos tras verlos 20 segundos en un vídeo.
Unos matan, otros ganan y muchos piensan que sienten ya que ignoran que les han extirpado la capacidad de sentir.

15 septiembre 2013

La primavera de su descontento

Acaba de cumplir 18 años y no está contento. 
Ante sus ojos agrestes y decididos ha pasado una revolución pacífica y popular, pero no es feliz. La revolución de Grándolas, capitanes y claveles no es la suya. 
Él desea otra cosa. No quiere una vuelta a la mascarada democrática, simple pretexto para convalidar la opresión burguesa. 
Sueña con Mao y su Revolución Cultural. Con la liquidación de las clases dirigentes que han expoliado al pueblo. ¿Y por qué no? también sueña  que él puede ser un buen guía para alumbrar el camino hacia el socialismo. Pocos tienen un curriculum tan brillante. Un estudiante impecable que siendo tan joven, se ha convertido en uno de los dirigentes de la Federación de los Estudiantes Marxistas Leninistas, sección universitaria del Movimiento para la Reconstrucción del Partido del Proletariado, el partido político más a la izquierda dentro de la izquierda revolucionaria portuguesa, antes y después del 25 de abril. 
Pero no está contento.
Por supuesto abomina de los partidos socialfascistas que pretenden ser los principales figurones en la nueva etapa: un Partido Socialista financiado por la CIA para frenar las alternativas revolucionarias o el Partido Comunista, mero títere de las maniobras y estrategias de Moscú. Lo cierto es que tampoco se fía de los suyos. No está contento con su propio partido. Mucha palabrería revolucionaria, mucho mural, mucho panfleto, mucha charla de café pero poca praxis real. Por eso esta mañana, él y otros camaradas, han decidido coger el toro por los cuernos. Como forcados en plena plaza de toros. 
Al frente de un  operativo revolucionario ha confiscado un camión, ha atravesado la vieja Lisboa y ha llegado a la Facultad de Derecho en plena Ciudad Universitaria, desierta a aquellas horas de la madrugada. No hay peligro, han hecho unas copias de las llaves para entrar por la puerta trasera y a estas alturas el viejo bedel, ese esbirro del fascismo, andará tan mamado que estará durmiendo en su asqueroso cuchitril del ático.  La acción es sencilla y se realiza sin ningún contratiempo. 
Dos horas más tarde está terminada y se dirigen al centro. Aparcan el vehículo en una calle muy cercana a la Praza dos Restauradores. Despide a los otros camaradas con bellas palabras, no es momento de compartir honores y se echa a dormir en la cabina del camión. A las  diez se despierta, se acicala en el espejo, y se dirige a la sede de su partido que tiene reunión de su Comité Central. Los va a conmover. Sabe que los tiene que conmover. 
Pero no es así. Le reprochan su acto. El secretario general en persona llega a decirle que hay que ser idiota, bobo, un auténtico niñato pseudoizquierdista para entrar en la Facultad de Derecho arramplar con todo lo que se pone a tiro -mesas, sillas, archivadores y toda clase de cachivaches- para luego meterlo en un camión y traerlo aquí con la descabellada idea que se trata de una acción revolucionaria para devolver al pueblo lo que la enseñanza burguesa le ha quitado.  Ha sido humillado delante de toda aquella gente y decide salir cuanto antes de allí, llamar a sus compañeros de aventura y devolver los muebles a la Facultad. 
Meses más tarde recibe la carta de expulsión del partido. La esperaba, pero no se siente menos rabioso. Mientras arruga el papel y lo lanza a la papelera de su cuarto de estudio, su mirada vuelve a ser agreste y decidida. Es entonces cuando lanza una  terrible promesa de futuro:
  • Algún día, esos cabrones, sabrán hasta que punto es revolucionario José María Durão Barroso.

04 septiembre 2013

Entre rayas y muros

 Plan Marshall
El "Atlas americano" carga con el mundo a sus espaldas 
(Viñeta de 1949)
La Unión Europea sostiene y da de comer a los P.I.I.G.S. (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España)
Espanya ens roba
Así quixeran que sempre fose a nosa Terra (Castelao)
Discriminados locales