22 mayo 2008

N_ O_ _ _ O : sin los papeles


  • Señor Autor, ¿no cree que esta situación se está volviendo insostenible? 
  • ¿Quién es usted? ¿De qué me habla?
  • Increíble ignorancia hacia las propias creaciones. Le recuerdo caballero, por llamarlo de alguna manera, que usted me dejó tirado como saco de patatas dentro de una furgoneta el pasado 18 de Enero. Desde entonces sigo aquí, esperando a que se decida a continuar mi historia en su paupérrimo blog. Aunque la verdad a estas alturas lo habré perdido todo; empezando por mi puesto de trabajo.
  • Hola, Martín. No no lo reconocía. Tiene que disculparme, con tantas cosas en la cabeza me había olvidado de usted. Respecto al tema laboral, no debería preocuparse; su tiempo, el tiempo en el que vive, es puramente literario. Si retomo su historia la empezaría donde la dejé. ¿No me creerá tan sumamente inhumano como para dejarle en un lugar tan sórdido durante tantos meses.
  • Pues sí, creo que es inhumano. Todos los creadores, incluso uno tan impresentable como usted, tienen algo de inhumano y terrible. Añádale a eso su bochornosa falta de fiabilidad. No tiene memoria ni disciplina. Escribe por escribir y cuando le apetece. Ignora la gramática y cualquier noción de estilo literario. Seguro que ya ha olvidado de que trataba mi historia. No diga nada, quedaría en evidencia. Prefiero recordárselo yo mismo:

  • Ya cojo el hilo, no tiene de que preocuparse, Martín.
Se cerró la puerta, se cerraron los cerrojos y quedó sumido bajo tinieblas sofocantes...
  • Dr. Krapp, el texto estaba escrito en primera persona. No voy a admitir que me reste protagonismo.
  • Discúlpeme otra vez, me pierde la precipitación por complacerle. Empiezo de nuevo:
Se cerró la puerta, se cerraron los cerrojos y quedé sumido bajo tinieblas sofocantes en aquel recinto hermético y espeso del que se desprendía un lejano olor a pescado. Intenté levantarme del suelo pero el arranque súbito del vehículo me hizo caer de nuevo. En un instante, la furgoneta empezó a coger velocidad. Me temblaba el cuerpo entero y casi creí morir de angustia.
¿Qué harían conmigo? ¿Adónde me llevaban? ¿Terminaría muerto y tirado como un viejo cascajo en algún descampado suburbial? ¿Se atreverían, ingenuos, a pedir un rescate por mi?
Las preguntas eran como taladrazos que horadaban mi cerebro. Intente respirar profundamente pero era incapaz de controlar mi agitación. Indiferente al dolor, mi prisión móvil seguía su desconocida ruta. Pasamos una serie interminable de semáforos y percibí levemente la agitación del tráfico matutino. No, todavía no habíamos abandonado el centro de la ciudad. Pasaron como unos cinco minutos y noté que la furgoneta aceleraba. ¿Estábamos en la autovía? Volví a tener otro ataque de pánico. Me arrastré como mejor pude hasta la puerta y comencé a golpearla con desesperación. En seguida fui consciente de la inutilidad de mi esfuerzo y desistí. Desanimado, me rendí a una idea apabullante: estaba totalmente a merced de mis desconocidos verdugos.
El tiempo pasaba mientras mis entrañas se iban acostumbrando a un sentimiento de puro abandono. Se cerraban mis ojos. Quería dormir pero cuando estaba a punto de conseguirlo la furgoneta paró.

  • ¿Le gustó?
  • No, no mucho. Dejémonos de eufemismos, me parece convencional y tremendamente previsible.
  • Pues no se me ocurre otra cosa.
  • Déjeme entonces que siga tirado en la furgoneta. Le he cogido cariño ¿sabe? Además, puede que alguna vez discurra algo que realmente merezca la pena. ¿Va a usted a perder una hipotética oportunidad futura de parecer algo brillante?

26 comments:

  1. Ni convencional, ni previsible. Es el principio de un relato que desazona, que desasosiega.

    Eres un cuentista admirablemente brillante. Ya quisieran aprender algunos de ti; sí, de esos que están de moda y son un auténtico churro pero nadie lo dice públicamente por miedo a parecer ignorantes. Me encanta leerte.

    Besos.

    B.

    ResponderEliminar
  2. Me sumo a las palabras de Guinda. ¡Y tanto que sí!.

    ResponderEliminar
  3. Ya sabía yo que ese Martín tenía mucho carácter escondido. Todos los insatisfechos, al final, si se les ningunea, sacan un genio que pa qué.

    Me sumo a las felicitaciones.

    Un relato por entregas siempre es sugerente. No esperaba que fuera a detallar tan minuciosamente el desasosiego del pobre Martín. Y ese diálogo con el autor le da mucha chispa. El personaje, haciéndose la víctima chantajea muy bien al autor diciendo que su insignificancia merece el abandono, pero está más ansioso de novedad que un tonto por un lápiz.

    ¿Y ese título con cuentagotas? ¿ N O O O O O ?

    Si en cada entrega nos va a dar una letra del título, ¿quedan 4?. Sí, mi poder deductivo es acojonante, siete letritas menos tres ¿cuatro?. Madre mía, nadie, sin calculadora…

    Seguimos a la espera. Ahora el argumento, del que tanto se queja Martín, es lo de menos, ahora el duelo autor-personaje, ha introducido una novedad más interesante.

    Aunque con lo imprevisible que es usted (al contrario de lo que dice, sin sentirlo, Martín), no se puede dar por supuesto nada.

    ResponderEliminar
  4. Espero que el Autor-dios no se cargue a su criatura Martín por más imperinente que se muestre ésta. Necesitamos dioses que amen y que dialoguen. De los que castigan ya tenemos unos cuantos...

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. me recuerda a Niebla, de Unamuno

    ResponderEliminar
  7. Gracias Guinda me alegra mucho que te gusten mis cosas. Gracias también a Fermín Gámez la persona que mejor partido le sabe sacar a un simple papel usado, que aprendan los ecologistas.
    Al inclito Nadie sin calculadora, con calculadora tampoco dijo..., nuevo nombre de un viejo y entrañable interlocutor: pues sí Martín es un ninguneado con cierta dosis de cabreo ante la eterna injusticia del mundo y sus circunstancias. No desconoce el pequeño lugar que ocupa en el mundo, un simple blog, y como mucho bicho creado con conciencia de si mismo, abomina de su creador. Siga a la espera amigo. Puede que haya que repetir el capítulo, puede que la acción siga avanzando. Eso es cuestión que deberá resolver el Chamán Triste, del que soy simple portavoz.
    Por dioses no será Luis Antonio, aunque tampoco sería adecuado que las más simples criaturas decidieran subirse a sus divinas barbas. Cualquier dios, de cualquier condición, especializado en cualquier materia debe preservar el principio de autoridad que garantiza la respetabilidad de su condición.

    ResponderEliminar
  8. Debo reconocerlo amigo Neander: no he leido Niebla de Unamuno o al menos se debió quedar entre las brumas de alguna lectura obligada en la adolescencia. Intentaré subsanar mi ignorancia.

    ResponderEliminar
  9. Pues NIEBLA es una "nivola" que te gustaría porque Unamuno-Dios, ante las exigencias y rebeldía de su criatura, impone el principio de autoridad a rajatabla. Y luego hablan de que nos hicieron libres...

    ResponderEliminar
  10. Yo he leído Niebla y también Nueve personajes en busca de autor (¿se titulaba así?. La idea no es nueva en absoluto, y la redacción es nefasta como siempre. Pero es ameno, y al menos sigue con lo que empezó y dejó abandonado, aunque a veces es demasiado tarde (¡Guinda de Plata cree que es un comienzo!).
    Como todos se unen yo me uno a parte de las palabras de nadie sin calculadora, con calculadora tampoco, porque me ha gustado su nombre.

    ResponderEliminar
  11. Guinda de Plata también se equivoca, Llueve sobre mojado. Creí que era un comienzo y así lo dije, sí.

    Y, como cada uno expresa su opinión, sigo pensando que su redacción es magnífica... como siempre. :-)))))))

    ResponderEliminar
  12. (Y yo me pregunto... si la redacción le parece nefasta, ¿para qué entra? ¿Porque le parece ameno? ¿Sólo por eso? Hummm...)

    Doctor, como siempre, a sus pies.

    B.

    ResponderEliminar
  13. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  14. Gracias Luis Antonio, tengo una antología de Unamuno en casa, personaje que siempre me dió algo de yuyu, aunque reconozco la brillantez de su filosofía -maravillosa Del sentimiento trágico de la vida- y tambien esos poemas esplendorosos contenidos en El Cristo de Velázquez.

    ResponderEliminar
  15. Hay una medida profiláctica en Internet que llevo practicando desde hace bastantes años consistente en no traer conflictos extraterritoriales a este espacio. Por supuesto, cualquier opinión es bienvenida, incluso las que procedan de intenciones no explícitas.
    Gracias otra vez Guinda por tu apoyo.

    ResponderEliminar
  16. A "llueve sobre mojado" tengo que decirle un par de cosillas:
    a).- Si Vd. ha leído la Biblia, Sófocles o a los clásicos en general comprobará que las ideas nuevas sobre temas humanos ya se han formulado desde hace siglos. Venimos dando vueltas a los temas eternos desde tiempos pretéritos. Pero el estilo, los modos de abordar los temas eternos son inacabables.
    Si Vd. analiza la extraordinaria poesía de la Edad de Oro en España, verá que los grandes escritores abordan los mismos temas ("imitatio"),pero aportan un estilo literario diferente y personal. El tema del mito de "Polifemo" que aborda Góngora con estilo singular había sido tratado anteriormente infinidad de veces. La originalidad en estos casos se fundamenta en el lenguaje,las connotaciones de la épca, la propia personalidad... Pero los grandes siempre lo recrean de forma distinta. Podría poner más ejemplos, pero no quiero abusar de su paciencia.
    b). El estilo del Dr. Krapp me gusta. Cuando se hace una crítica negataiva, lo serio es aportar datos y esgrimir argumentos. Sin embargo,estaré encantado en que nos dé una lección porque todos podemos aprender de todos. Espero la dirección de su blog.
    Un cordial y respetuoso saludo

    ResponderEliminar
  17. Y después dicen que la vida no es una novela. Buena o mala, tanto da.

    Un simple entretenimiento y ¿necesitamos reproches?. ¿O es parte del juego?.

    No existen ideas nuevas, sino distintas formas de vestir las viejas.

    De hecho, se dice, ingenuamente (aunque acertadamente) que es imposible alcanzar ese pretendido "mundo nuevo" -que soñaron todos nuestros antepasados-ya que vivimos permanentemente en un mundo permanentemente de "mentes antiguas"...

    ¿Qué puede captar el interés entonces?. No existen fórmulas. No existen respuestas. De existir, todos las habríamos utilizado con avidez.

    Así las cosas, que alguien, con una voluntad de comunicación, se moleste y de paso comparta con otros, una interlocución creativa, que incite a comentar y a divertirse, tiene toda mi admiración, y lo de menos es la calidad, calidad para la que no tengo capacidad ni autoridad para juzgar.

    Los blogs son una especie de fiesta, de horario 24 H, en la que los invitados pueden entrar a todas horas y sacar partido, sea a un pincho de aceitunas (si lo hubiere), a escuchar una canción en un CD, a una conversación trivial aunque positiva, o simplemente a insuflarse de una milésima de festividad, siempre tan necesaria para unas vidas en constante jornada laboral.

    Así deberían ser la visitas, festivas, siempre festivas.

    Entretenimiento, aprendizaje, interlocución, ensoñaciones compartidas, fiesta, fiesta, fiesta…

    ¡Confeti, confeti, confeti, mucho confeti!

    Qué nadie desespere, trascendencia, pagos, obligaciones y LUNES, LUNES, MUCHOS LUNES… nos esperan a todos al otro lado de la pantalla, bueno, lo de muchos no será decisión nuestra, sino de Hacedores u otras hierbas.

    ResponderEliminar
  18. Comparto con ustedes la idea de que hay un número finito de idems que sólo podemos combinar o incluso disfraz de una u otra manera. Es un curioso y al mismo tiempo estimulante cóctel al que creo que todavía no le hemos sacado todo el partido posible. Optimista que es uno.
    Gracias Luis Antonio por sus palabras pero tampoco es tan grave que alguien pueda discrepar con mi estilo de escritura.
    Confeti, Confeti, Confeti no sabe como me gusta verlo en su vertiente más lúdica en esta su actual reencarnación y comparto su idea de que un blog es una fiesta a la que todos estamos invitados.

    ResponderEliminar
  19. ...Y que vivan los papelillos* mientras que su sentido sea realmente lúdico y de fiesta. Mientras que no sea así, no me gustan en absoluto, porque se meten en la boca y molestan mucho.

    Dr.: haces bien en intentar hacer que elementos y disensiones extrablogueras no enmarañen este reducto de brillantez. Pero es que una es de sangre caliente, qué vamos a hacerle. Discúlpame si te molesté. Asunto zanjado.

    Nota: *confetis, que traducido del gaditano resulta "papelillos".

    ResponderEliminar
  20. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  21. Estoy seguro que tu sangre caliente hace que las cerezas salgan más grandes y lustrosas.
    No, no me molestaste en ningún momento; al contrario para mi es un honor que tengas la gentileza de leer lo que intento pergeñar por aquí con suerte diversa. El comentario iba dirigido a la persona que intervino con anterioridad Guinda, no a ti.

    ResponderEliminar
  22. El honor es mío por tener el lujo de poder leerte.

    Un beso de guinda,

    B.

    ResponderEliminar
  23. Pero Sra. Guinda y Sr. Cerra, ¿no se dan cuenta acaso de que mi crítica es constructiva y las razones sobresalen por su propio peso? No he hablado del estilo sino de la redacción; los errores gramaticales y hasta ortográficos se suceden continuamente (¿alguien se atreve a negarlo?), y si entro es para que el autor saque lo mejor de sí mismo, no para censurarlo. Al doctor y al chamán les va la caña, y cuanta más se le den, más se inspiran. Además, si éste no es sitio para "malos rollos", menos lo será para intercambio de peloteos empalagosos, que miren cómo han dejado todo con tanto confeti...
    Y, por favor, que alguien le diga a la Guinda de Plata que se ha perdido algunos capítulos XDDD

    Saludos a todos, señores escritores XDDD.

    ResponderEliminar
  24. Había escrito una contestación, pero por respeto al Dr. Krapp y a su blog, prefiero darle las buenas noches a mi doctorcito favorito.

    Besos de guinda dulce, escritora (escritor es el que escribe, ¿no? :-P ) y empalagosa más que nunca,

    B. :-))))))))

    ResponderEliminar
  25. Buenas noches, Guinda y no te preocupes. Conocido al ofensor y sus intenciones, pierde consistencia la ofensa, que de eso se trata aunque se pretenda disfrazarlo de crítica constructiva.

    ResponderEliminar
  26. Un beso, Dr.

    Y sigue siendo tan brillante. Sabes que me encanta leerte.

    B.

    ResponderEliminar